martes, 23 de marzo de 2010

PURA CASUALIDAD

Un día de instituto, en plena canícula, estabamos todos sentados en un corro, al final de la clase.No sé cómo salió el tema, pero contamos nuestros sueños, Raquel, Alicia, Rebeca y yo nos habíamos soñado lo mismo.Nuestro sueño fue que las cuatro fuimos un día de compras a Madrid.
Fuimos a un centro comercial, y cómo no Raquel y Rebeca son consumistas,¡ no podían parar de comprarse ropa! Ellas llevaban una retahíla de ropa, metidas en bolsas.Yo seguía con lo mío, intentar buscar un yugo para mi abuela, que lo quería restaurar para ponerlo de adorno. Entramos en una tienda de cosas antiguas y de equitación. Allí había un hombre, le pregunté que dónde podría encontrar el yugo, y me dijo que allí, me estuvo contando que él fue un gran postillón, que todo lo que sabía se lo había enseñado su abuelo, que fue muy bueno y que le regalo ese yugo, para que lo vendiera porque ya no lo quería, lo compre y me lo mandaron a casa.Cuando ya compramos todo, nos fuimos en busca de la parada de autobús para irnos para casa, pasamos por un puente hecho con dovelas de piedra, íbamos hablando, y de repente veo que Rebeca le quita la zapatilla a Alicia, y esta le mete una macoca, no se enfadaron pero falto poco.
Aquí me desperté y no pude seguir con el sueño, le dije a toda la clase que ya había terminado de contar el sueño, y todos se echaron a reír de una manera inadecuada. La maestra nos riñó y nos dijo:
¡Esta clase es un corral de cabras!

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