miércoles, 3 de febrero de 2010

LA HIEDRA.

La película terminó, pero los chicos seguían mirando la televisión.

Ha sido genial!-exclamó Peter levantándose del sillón.
-Yo la volvería a ver.-Dijo Aitor con una sonrisa.
-Lo del dinosaurio fue lo mejor...
-Sí, pero me gustó más cuando se encontraron - recordó -Bueno, me voy, me lo he pasado muy bien, en serio. Venga adiós.
-¡Hala! ¿Tan tarde es? Si ya se empieza a ver hasta el crepúsculo y todo.-Dijo Peter mirando el cielo rojizo.

Esa noche los chicos no eran capaz de conciliar el sueño, pero al final se durmieron...

Cuando Peter se despertó era una fresca mañana de sábado, pero el cielo estaba escueto sin ninguna nube.

En su casa, Aitor desagregaba la ropa de deporte de la más limpia y se vistió preparado para hacer un camping con sus amigos.

Al final solo fueron al camping Aitor y Peter porque a los demás tuvieron algunos descalabros, ya que no avisaron cuando irían de camping.

Llegaron al campo después de pedirle permiso a sus padres -que les dejaron ir solo porque estaban al lado- y se sentaron a la sombra de un árbol.
De repente las hojas del árbol se empezaron a mover y encima de ellos... ¡cayó un pequeño dinosaurio!
Asustados corrieron por todos sitios, pero al ver que el dinosaurio ni se inmutaba fueron acercándose lentamente. Llegaron a su lado, y como no sabían qué era le empezaron a acariciar, y fueron cogiendo confianza.

Visitaban al dinosaurio en secreto cada día -que estaba en el campo-, ya que no lo podían tener en sus casas porque sus padres no les dejarían.

Un día Peter fue solo a visitar al dinosaurio y a llevarle algo de comida. Cuando llegó, el dinosaurio no estaba... Buscó por todos los alrededores e intrínsecamente sabía que sentía esa extraña sensación de déjà vu tan rara, y se acordó de la película que vieron el último día.Lo que le estaba pasando era casi igual que la historia de la película. Entonces fue a un lago que tenía prohibido ir por orden de sus padres, pero era el último lugar que le quedaba por buscar, y efectivamente, el dinosaurio estaba allí. Peter puso la mayor cara de susto posible cuando vio que el dinosaurio se comía una hiedra, una hiedra venenosa... Corrió hasta alcanzarlo, pero tropezó y cayó encima de las hiedras... y empezó a sentir como la ponzoña corría por su piel...

Peter se levantó gritando de la cama... y se dio cuenta de que todo había sido un sueño. Pero cuando despertó, el dinosaurio seguía allí.

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